Empresa de Ómnibus Nacionales: ponches en la hoja de ruta

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Daniela Ochoa Hernández ha hecho sus maletas a la carrera: debe viajar lo antes posible a la capital. “Para mí no es difícil —asegura la joven—, si me hace falta un pasaje para cualquier lugar, solo tengo que buscar al hombre que los vende a 5 dólares por encima”.

Al estilo Günter Wallraff, sin revelar su identidad, Escambray busca datos que lo lleven al revendedor de pasajes: “¿Cuál es su nombre, dónde lo puedo encontrar?” Bastaron dos preguntas para que Daniela Ochoa casi hiciera un retrato hablado del sujeto: “Nunca le he preguntado cómo se llama, pero es mulato, de estatura media, siempre usa chancletas, shorts y pullovers con el cuello estirado”.

Frente a la oficina donde se expenden las reservaciones de última hora, esperamos que apareciera el “gestor de boletines”.

—   Compañero, ¿cómo está eso de los pasajes? No llegamos a 5 dólares —le hacemos saber—. ¿Le sirven 25 libras de arroz?

—Ya están montados en la guagua. ¿Para dónde es que van…?

No es pura casualidad. Quienes asiduamente abordan las Yutong dan fe de que la compra de pasajes por la izquierda no requiere de camuflaje alguno. A los revendedores deben conocerlos desde los viajeros hasta los trabajadores de la agencia que acostumbran a ver las mismas caras a diario.

En la oficina de Iliana Pérez Pérez, administradora de la Terminal de Ómnibus Nacionales en Sancti Spíritus, tiene lugar una primera entrevista, donde admite que la administración conoce quiénes son los revendedores de pasajes: “No se puede hacer nada contra ellos, la persona tiene derecho a comprar un boleto ahora y regresar dentro de una hora por otro, incluso no tiene ni que presentar el carné de identidad, con el número anotado en un papelito es suficiente”, subraya.

¿Entonces quién se responsabiliza por permitir la reventa de pasajes en el principal punto de embarque de la provincia? ¿Acaso la administración debe quedarse de brazos cruzados? Las preguntas son formuladas por Escambray a la directiva; mas, solo encuentran silencio.

Otra interrogante inquieta: ¿Cuál resulta el mecanismo ideal para el buen funcionamiento de la lista de espera? Tras las posibles respuestas, seguimos  la ruta de Ómnibus Nacionales, a sabiendas de que el viaje no será completamente feliz.
 
¿OPINIONES ENCONTRADAS?

En medio de la vorágine laboral, al mismo tiempo que pica boletines y anuncia la llegada de un ómnibus, Iliana Rodríguez Valle, trabajadora de la Agencia 453, revela a Escambray su versión de los hechos: “Les hemos resuelto a mujeres embarazadas, con niños; a señoras mayores, a personas que están presas y no tienen dinero para el pasaje cuando les dan el pase, todo eso sin interés de ganar dinero por encima. Antes sí había muchas quejas de la población relacionadas con el mal funcionamiento de la lista de espera y los pasajes por la izquierda, pero ahora no”.

¿La corrupción abarca todos los niveles? ¿La administración conoce sobre el fraude con la lista de espera y el sobreprecio de boletines?, inquiere Escambray en los salones de espera de la Terminal de Ómnibus Nacionales, convencido de que resultará difícil precisar quién está libre de culpas, pues el que no fomenta y se mantiene al margen de la reventa de pasajes, igualmente la permite.

“Yo no me meto en lo que hacen los demás, ni puedo asegurar que exista corrupción. La gente quiere que la lista de espera sea por número, pero no es así, lo que pasa es que todo el mundo quiere irse rápido y por eso habla… En mi turno no he tenido problemas y si los choferes paran afuera para recoger a alguien es asunto de ellos”, asegura Michel Jiménez Clavo, representante del servicio al viajero.

No obstante, desde la puerta del baño de la Terminal Intermunicipal, donde trabaja, Alcides del Río Pentón aviva otras llamas, pues, según refiere, en no pocas ocasiones ha escuchado comentarios de quienes han tenido que pagar hasta 50 pesos de más para obtener un pasaje en la estación espirituana.

Criterios dispares abundan. Algunos no queman sus manos en el fuego para exonerar de responsabilidades a los trabajadores de la agencia 453 y otros niegan categóricamente que en Sancti Spíritus los pasajes se paguen a sobreprecio.

Con muchos años de experiencia llenando planos y atendiendo a decenas de viajeros día a día, Odalis Lizano Duarte afirma que la reventa de boletines no mina aquellos locales y que su labor se limita a vender los pasajes de última hora y los de 90 días de antelación a la persona que llegue. “Cuando la gente sale con los boletines para afuera yo no veo a quién se los da. Sí te aseguro que aquí en la terminal no existen revendedores de pasajes. No los conozco, nunca los he visto”, asegura.

El testimonio de Dalí López parece corroborar los anteriores argumentos.  “Los problemas son cuando vienes de La Habana, sobre todo en fechas  importantes como el día de las madres, el 14 de febrero o el fin de año. Hay personas que operan a modo de buitres, parecen espías, ellos consiguen el pasaje a cambio de 10 dólares”.

Tal panorama no resulta novedoso en ningún lugar de la isla. No obstante, al parecer, dentro de las oficinas de dirección la realidad es otra. Ernesto Funticilla Pérez, director en funciones de la Empresa Provincial de Ómnibus Nacionales, asegura que, al menos aquí, no existe certeza de que ocurran tales ilegalidades.

“No hay evidencias, solo quejas dispersas de la población, la mayoría por maltrato y los clientes casi siempre las retiran, pero estamos abiertos a cualquier denuncia y somos muy rigurosos en este sentido”.

Aunque, según el directivo, la empresa está libre de tales delitos, en papeles están previstos estos hechos y sus correspondientes sanciones. Los trabajadores que infringen las leyes administrativas de la actividad del transporte y el reglamento interno de la entidad, al abusar de su puesto con fines lucrativos, no solo violan la Ley No.116 de 2013 Código de Trabajo en su régimen disciplinario, sino también los derechos del ciudadano a recibir un servicio de transporte con calidad.

¿Las medidas? Puede penarse por este delito con un descuento salarial y el cambio hacia un puesto de trabajo de menor remuneración e incluso la separación temporal o definitiva del centro o del sector.
 
POR OTRAS RUTAS

Antes de abordar la Yutong, la experiencia resulta homérica. Al respecto, las insatisfacciones de la población tratan disímiles problemáticas: “Al principio daba gusto viajar por la limpieza y el confort. Hoy no se pueden usar los baños aunque sea un viaje largo, ni regular el aire acondicionado, porque los botones están rotos en muchos casos”, puntualiza Xiomara Zumaquero.

De acuerdo con los usuarios, la selección musical realizada por los choferes resulta cuestionable, pues,  no solo atenta contra un viaje placentero; también se amplifican temas sancionados institucionalmente por su mensaje ideológico. Como parte de este largo rosario de irregularidades que afectan a los pasajeros, las paradas indebidas en diversos tramos de la carretera tienen diferentes propósitos; merendar, tomar café, comprar frijoles, quesos…; secretos a voces que aparentemente pasan desapercibidos.

No obstante, Rodolfo Hernández y Juan Alonso, choferes de la ruta Sancti Spíritus-Santa Clara, del turno de las 10: 00 a.m., niegan relatos como este de Xiomara Zumaquero: “El otro día en el tramo entre  Guayos y Cabaiguán el chofer se detuvo para que uno de los pasajeros llegara a su casa a dejar una mochila y recoger otra”.

Carlos Madrigal Valdés, director de Inspección Estatal en Sancti Spíritus, explica: “Dentro de nuestras funciones está encargarnos de detectar estas violaciones y tomar las medidas pertinentes. Tenemos que velar y exigir que se cumpla lo que está establecido y, sin embargo, es real que se han detectado casos en la provincia”.

El afamado cineasta Juan Carlos Tabío pudiera encontrar en nuestra terminal el elenco perfecto para una segunda entrega del clásico cubano Lista de Espera. El protagonista: el anotador ausente.

Sobre la intermitencia de este individuo, off record, Pérez Pérez justifica: “¿Tú quieres saber por qué él no está?, porque en ese hueco no hay quién esté —dice refiriéndose a la taquilla—. El ventilador no sirve. También tiene derecho a merendar, a almorzar e ir al baño”.

De acuerdo con datos de la Empresa de Ómnibus Nacionales, mensualmente un total de 3 000 personas, como promedio, acceden a su destino a través de la lista de espera. Pero más allá de las estadísticas, Andrea Campo, cliente asidua, señala que en la agencia 453 “nunca se anuncian las capacidades que se ofertan, lo cual da margen al negocio.

Al respecto, la administradora replica: “Sí se anuncian, pero hemos tenido problemas con el audio”.

¿Entonces por qué los fallos no se informan a viva voz? ¿Cuál sería el mecanismo ideal para el buen funcionamiento de la lista de espera?, pregunta este órgano de prensa.

¿Tú sabes?, porque yo no sé. El sistema que tenemos no tiene por qué fallar”.

Por: Oscar Salabarría, Grether Saura y Manuel A. Acosta*

*Los autores son estudiantes de Periodismo en la Universidad Central de Las Villas

 

Datos de la Fuente del Articulo
Fecha: 
2008-08-22
Fuente: 
http://www.escambray.cu/2014/empresa-de-omnibus-nacionales-ponches-en-la-hoja-de-ruta/
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iliana