El verano ya está entre nosotros. Señorea con su sofocante calor y, más que invitar, convida a mitigar con las opciones más refrescantes. Empujados por la etapa vacacional por excelencia, también por placer e, incluso, (casi) por obligación, los capitalinos se vuelcan –muy a menudo en grupos- a las playas u otros lugares fuera de casa en busca del descanso reparador.

Todo el mundo calcula las variantes y combinaciones más prometedoras: agua, sol, naturaleza, la mejor compañía, paseos y a veces también ron, pero no siempre tenemos en cuenta la seguridad propia y la de los demás, sobre todo llegada la hora de sentarnos frente al timón o cruzar calles y avenidas.

Por eso, como cada verano, las autoridades locales y la Comisión Provincial de Seguridad Vial vuelven a lanzar la alerta: respete las regulaciones de Tránsito, extreme las precauciones y asuma actitudes responsables y moderadas.

En correspondencia, anuncian un reforzamiento de las acciones educativas, de control y vigilancia: inspecciones y revisiones técnicas en plena vía, priorizando los puntos de acceso a lugares recreativos, visitas a bases de transporte y otras entidades con amplio volumen de parque vehicular, además de otros pronunciamientos.

La llamada de alerta hace énfasis en los casos de choferes y peatones de medios dedicados a la transportación masiva, teniendo en cuenta las lamentables consecuencias que por lo general derivan de los accidentes en los cuales se ven involucrados.

De enero a junio del 2016 La Habana reportó dos accidentes masivos, siendo tres los muertos y 12 los lesionados. En igual etapa del año en curso, se produjo únicamente un percances, sin muertes, pero con 12 heridos.

Sobran los comentarios, saque usted sus propias conclusiones y, sobre todo, tome providencias.