andén ferroviario

Maromeros en el andén

Pero cuando los seres humanos se equivocan con ella, son irresponsables y tientan el peligro, la suerte que les espera puede ser igualmente muy violenta y amarga. Esta lección deberían recordarla en el andén de Caimito y en todos los andenes.

Durante muchos años los caimitenses, sobre todo los residentes en el casco urbano, no vieron con buenos ojos la idea de que un ferrocarril atravesara el centro del pueblo y trajera cambios significativos a la estructura “clásica” del pueblo.