indisciplinas sociales

La Habana: vándalos contra el 500

La campaña por los 500 años de La Habana ha tenido un éxito comunicacional indiscutible. Tanto en los medios como en las calles su presencia es constante.

No recuerdo en los últimos años un tema en Cuba con ese nivel de presencia e intensidad, acompañado de buenos productos comunicacionales.

La indolencia sobre ruedas

En el bregar diario del cubano, los difíciles avatares del transporte público son como una pesada piedra de Sísifo que, entre quejas e insatisfacciones, vuelve una y otra vez sobre las espaldas.

Bien conocidos son los factores que inciden en el servicio de transportación urbana de pasajeros, empezando por el incisivo bloqueo estadounidense que impide adquirir con la regularidad requerida nuevos carros, así como sus partes y piezas.

No obstante, el país realiza ingentes esfuerzos para elevar el parque de ómnibus, a lo cual se impone sumar el sistemático control de la disciplina en las terminales y en la ejecución de los planes de mantenimiento y reparación del material rodante.

Maromeros en el andén

Pero cuando los seres humanos se equivocan con ella, son irresponsables y tientan el peligro, la suerte que les espera puede ser igualmente muy violenta y amarga. Esta lección deberían recordarla en el andén de Caimito y en todos los andenes.

Durante muchos años los caimitenses, sobre todo los residentes en el casco urbano, no vieron con buenos ojos la idea de que un ferrocarril atravesara el centro del pueblo y trajera cambios significativos a la estructura “clásica” del pueblo.

Sin tiempos para el descanso

Motivado por el artículo de nuestra periodista Lissette Martín Sacar guaguas, publicado el pasado 26 de agosto, Pedro R. Angulo Desdín reflexiona “sobre el impacto que causamos los humanos, hombres y mujeres, niños y jóvenes, de todas las razas, creencias y militancia, sobre esos grandes equipos destinados a prestarnos un servicio de excelencia como refieren los directivos, mecánicos, torneros y aseguradores de la Empresa Provincial de Trasnporte en La Habana, evaluando la responsabilidad que les toca al hombre considero importante seguir dos caminos.

Transporte público, seguro y de todos

Cada día se hace más necesario el trasiego de las guaguas en esta urbe, la quinta más poblada de Cuba, pues solo en la ciudad cabecera habitan más de 200 mil personas y de ellas alrededor de 45 mil requieren del transporte público para trasladarse diariamente a la escuela, centros de trabajo, ir a un turno médico, visitar a un familiar o salir de paseo.

Acerca de esos ómnibus podemos afirmar que estamos en mejores condiciones que en años precedentes cuando no en pocos momentos la guagüita de San Fernando, en el municipio de El Salvador, era casi la única opción, pues eran muy pocas las rutas que existían a consecuencia del período especial.

¿Cuestión de chucho?

La locomotora 51209, que arrastraba diez carros de caña, impactó al coche médico del tren Sancti Spíritus-La Habana en la estación del Consejo Popular Colón

Indisciplinas, violaciones, deterioro en las vías y acciones inescrupulosas han generado que en Sancti Spíritus se reporten varios accidentes ferroviarios

SANCTI SPÍRITUS.— «Salí como un “bolío” de la cama y caí de pie en la calle. Pensé que era un carro contra alguna de estas casas, pero cuando miré bien, ya el coche médico estaba encaja’o en la estación», narra el espirituano Eulogio Tomás Mutis Valdivia.

Sancti Spíritus: Indisciplinas sobre ruedas

En los ómnibus urbanos a menudo se cometen indisciplinas sociales. (Foto: Vicente Brito/ Escambray)

“¿Quién será el último?”, pregunta alguien todavía con el sueño dibujado en el rostro en la primera parada de la Ruta 6 desde el Camino de La Habana, en la zona norte de la ciudad de Sancti Spíritus. La cola crece y crece, quizás unos 20 ya en la espera. Y llega la guagua. Los asientos son ocupados. En el recorrido, el pasillo se llena y más adelante ya ni espacio hay. “Un poco hacia atrás que nos hace falta irnos”, “En el medio está vacío”, “Otro pasito”, son algunas de las voces que se repiten.

Hechos contra el transporte público, muestras de indisciplina

Holguín, 16 dic (ACN) Las indisciplinas sociales contra el transporte público, constituyen en cierta medida muestras negativas del comportamiento ciudadano en la protección de este medio de uso común en la provincia de Holguín, que perjudica a choferes y viajeros de las diferentes rutas urbanas.

Eludir el pago del precio del pasaje, rayar los asientos de las guaguas, negar la prioridad a embarazadas y personas con discapacidad, son conductas que requieren de una mayor vigilancia para reducir sus efectos negativos, sobre todo por parte de conductores y también de pasajeros en el enfrentamiento de estas rechazables acciones de personas inescrupulosas.

Inaceptable

El domingo en la tarde-noche un terrible accidente entre una moto y un auto moderno dejó destrucción y muerte sobre el asfalto de la vía Monumental, en la capital del país. Otro trágico suceso que engrosa la abultada lista de accidentes viales en Cuba.

Lo ocurrido no es sólo noticia por su funesto saldo; sino, sobre todo, por sus causas. Al parecer, la moto y sus dos pasajeros eran parte del animado y público ambiente de carreras de motos que se escenifican en esta importante vía capitalina, especialmente en la zona de la Presa La Palma.

Opinión del lector: Malas experiencias con taxis ruteros hacia San Agustín

Taxi Rutero. Foto: Ismael francisco / Archivo de Cubadebate

Buenas.

Espero que este comentario lo publiquen, pues es la única vía que me queda para efectuar una denuncia, así como para dar a conocer un fenómeno que está ocurriendo actualmente con los nuevos taxis ruteros que están poniendo.

Me explico:

Contra el «despatarre»

En grandes ciudades del mundo se organizan campañas públicas para combatir un fenómeno que afecta a la ciudadanía que usa el transporte público. En Cuba hace falta hacer conciencia.

De la misma manera en que el más común sentido de la educación formal casi exige entre nosotros que la mujer se siente con las piernas bien unidas (la que no lo haga, es considerada una desfachatada o una «inmoral»), otra ley tácita manda que el hombre, para reafirmar su «hombría», puede (y hasta debe) sentarse con las piernas bien abiertas.

A propósito del transporte público: ¡Ómnibus vacíos, una maldad!

 Una ciudad con serias dificultades en la transportación de pasajeros no puede darse el lujo de que los ómnibus de determinadas instituciones realicen vacíos los recorridos.

Para venir a trabajar tengo que tomar carros obligatoriamente, me dijo un hombre mientras estábamos en la parada del P-6, frente a la Universidad de La Habana, unos días atrás. Entonces le pregunté el porqué de tal necesidad, y afirmó un tanto apenado: “es que padezco de mal de Parkinson y el molote de la gente me hace daño”.