sistemas tecnológicos

Tecnología que permite luchar eficazmente contra los atropellos de peatones, ciclistas y animales en las carreteras

 Una parte muy importante de los accidentes en las carreteras, generalmente con consecuencias fatales, se producen por atropellos de vehículos a peatones, ciclistas o animales que van por la vía, lo que ocurre por diferentes motivos como pueden ser una velocidad inapropiada, tener mala visibilidad, el estado mal conservado de la vía, o despistes que, por desgracia, ocurren.

Tecnologías que probablemente formarán parte de la carreteras en un futuro cercano

El proyecto conocido como Smart Highway que se ha implantado recientemente en Holanda, nos ha permitido visualizar algunos de los elementos que, sin ninguna duda, veremos en las carreteras en un futuro.

Sin embargo, limitaciones presupuestarias en algunos casos, y no contar todavía con la tecnología suficientemente avanzada en otros, hace que todavía sea posible mejorar de forma considerable lo visualizado en las carreteras holandesas anteriormente reverenciadas. Teniendo en cuenta ésto, y los proyectos que hemos visto en estos años en Tecnocarreteras, vamos a mostrar a continuación algunas de las tecnologías que creemos deberían tener las carreteras en un futuro:

Medidas tomadas en la Unión Europea para conseguir reducir el número de accidentes de tráfico

 Reducir el número de accidentes de tráfico es una de las prioridades más generalizadas a nivel mundial, donde organismos tan diversos como la ONU, la Unión Europea o las administraciones de los diferentes países están desarrollando planes, herramientas y programas que permitan mejorar la seguridad en las carreteras.

Adaptando las infraestructuras para aprovechar los servicios de los vehículos inteligentes

Cuando hablamos de vehículos inteligentes, siempre ponemos el foco en lo que ocurre dentro del coche (sensores y equipos que permiten obtener la información de su entorno), pero en ocasiones no somos conscientes de que también es necesario contar con unas infraestructuras adaptadas, que permitan que las carreteras les puedan ofrecer toda la información que puede ser de interés.

Es decir, una vez que hemos conseguido que el coche sea capaz de escuchar, es necesario adaptar las infraestructuras para que sean capaces de hablar en un lenguaje comprensible, y para que ofrezcan una información que realmente resulte de interés.