Transporte público, seguro y de todos

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Cada día se hace más necesario el trasiego de las guaguas en esta urbe, la quinta más poblada de Cuba, pues solo en la ciudad cabecera habitan más de 200 mil personas y de ellas alrededor de 45 mil requieren del transporte público para trasladarse diariamente a la escuela, centros de trabajo, ir a un turno médico, visitar a un familiar o salir de paseo.

Acerca de esos ómnibus podemos afirmar que estamos en mejores condiciones que en años precedentes cuando no en pocos momentos la guagüita de San Fernando, en el municipio de El Salvador, era casi la única opción, pues eran muy pocas las rutas que existían a consecuencia del período especial.

Hoy podemos afirmar que el panorama cambió, contamos con un parque de 73 vehículos  aunque no todos están disponibles, pues de esa cifra solo unos 40 funcionan. Algunos no circulan por carencias de piezas, otros por falta de neumáticos y en esa propia situación se encuentran al menos cinco guaguas estacionadas debido a parabrisas destrozados por piedras lanzadas por indolentes.

Este acto de vandalismo  e indisciplina ciudadana también deja sus huellas en los asientos picados o rotos por exceso de peso, agarraderas partidas, pinturas rayadas, tornillos que desaparecieron como por arte de magia y otras acciones similares que, por su magnitud, tipifican como delito y dan muestra de la falta de respeto y de cuidado a la propiedad social.

También súmele a esa realidad lamentable pasajeros y choferes  que incumplen con sus obligaciones. Los primeros en ocasiones no pagan la guagua y ponen la música a todo volumen desde sus medios portátiles, los conductores en ocasiones no realizan las paradas establecidas y hasta maltratan con sus palabras a quienes se trasladan en los ómnibus.

Esta situación ocupa a directivos del sector del Transporte en la provincia, quienes siguen en la búsqueda de soluciones a problemas que afectan el desempeño del servicio público, ese que se traduce en cumplir lo planificado: que va desde mantener las diez rutas urbanas hasta posibilitar que el tiempo de espera en las paradas sea de diez minutos en el recorrido parque _hospital y  al menos 30 minutos en las restantes rutas.

Entonces se requiere de la sensibilidad y el sentido de pertenencia, se requiere que tanto conductores como pasajeros cumplan con sus deberes y derechos, los cuales se resumen en el respeto mutuo, realizar las paradas establecidas, ceder el asiento, no poner música estridente, pagar lo establecido y cuidar cada parte del ómnibus de ese bien público que lo mismo le sirve a usted, a su familia, en fin a todos.

Yoanna Duporté Guilarte

Datos de la Fuente del Articulo
Fecha: 
2012-06-20
Fuente: 
http://www.radioguantanamo.icrt.cu/noticias/guantanamo/7247-transporte-publico-seguro-y-de-todos